RESUMEN HISTÓRICO A 64 AÑOS DEL “PRIMER CONGRESO INDIGENAL BOLIVIANO” (1945 – 2009) - ROBERTO CHOQUE CANQUI.
La historia de los pueblos indígenas abarca diferentes etapas. Entre éstas, podemos referir el período desde la invasión hispana hasta las rebeliones de los Katari de 1781 y durante la república, desde la rebelión de Pablo Zárate Willka hasta el “Primer Congreso Indigenal Boliviano” en 1945. No cabe duda que las rebeliones indígenas se tradujeron en expresiones violentas contra la tiranía de sus explotadores. Ejemplo de ello, se constituyen las sublevaciones que se desarrollaron luego de la promulgación de la ley de exvinculación de 1874. Igualmente, los cambios sociales y políticos como consecuencia de la guerra del Chaco, crearon situaciones coyunturales para la lucha contra el sistema de explotación del indígena boliviano. Es así que luego de retornar de esa contienda, los excombatientes indígenas, comunarios y colonos de haciendas, continuaron su lucha para la eliminación del pongueaje y mit´anaje.
Dentro de un contexto de resistencia ante los abusos y exacciones que sufría la población indígena, el 17 de noviembre de 1944 se iniciaban los preparativos del Primer Congreso Indigenal. Encabezado por el dirigente indígena cochabambino, Luis Ramos Quevedo, el primer Comité Organizador, planteaba como objetivo de ese congreso “resolver cuestiones propias sobre la situación, vida, trabajo y educación del indio”. Según Ramos, a ese encuentro debían “concurrir los representantes de los campesinos labradores y comunarios” de las distintas partes de la República. Aunque inicialmente, se había fijado el 25 de diciembre de 1944 como fecha de realización de dicho congreso, luego se modificó para el 2 de febrero de 1945 quedando finalmente concretado el 10 de mayo de ese año.
Ramos Quevedo que en esa época se desempeñaba como Secretario del Comité Indigenal Boliviano consideraba que ese Comité, de acuerdo a la Constitución Política del Estado, podía resolver “que ningún compañero indio haga de pongo y ninguna compañera india de mitani”. Nadie fuera de sus obligaciones conocidas debía trabajar “sino le pagan bien”. Todo trabajo debía ser voluntario, no se podía “mandar hacer nada por la fuerza”; por eso, se debía consultar primero y convenir el precio del salario o jornal, sin ese trato, no se podía “hacer ningún trabajo”. Lamentablemente Ramos Quevedo, a pesar de los esfuerzos que había realizado en la planificación de ese evento fue separado y desterrado por el gobierno a Riberalta.
Posteriormente, el 1 de marzo de 1945, el Segundo Comité Organizador se hacía cargo de preparar ese evento en la localidad de Machaqamarka, provincia Aroma. Transcurridos algo más de dos meses, el Congreso Indigenal daba inicio el 10 de mayo de 1945 en la ciudad de La Paz. Su directiva había quedado conformada por el aymara, Francisco Chipana como Presidente; el quechua Dionisio Medina como Vice Presidente y, Desiderio Cholina perteneciente a uno de los pueblos del oriente boliviano como Secretario General. Este equipo constituido por representantes de diferentes culturas tuvo en sus manos la responsabilidad de dirigir el trabajo sobre: la supresión de los servicios gratuitos, el trabajo agrario, la educación y la reglamentación de la policía rural.
Después de varios días de deliberaciones, el 15 de mayo de 1945 concluía el Congreso arribando a una serie de resoluciones, las cuales fueron inmediatamente promulgadas como decretos por parte del Ex Presidente de la República Gualberto Villarroel. El contenido de esos decretos establecía que, cualquier transacción hecha por el indígena tenía que tener como base una remuneración justa, se abolían los servicios de pongueaje y mit´anaje, la educación indigenal debía ampliar su cobertura a la mayor cantidad de población y se debían tomar un conjunto de disposiciones transitorias con el fin de mejorar la producción en el país. Sin duda, ese hecho histórico que tuvo como antecedente congresos regionales previos, dos comités de organización y dos intentos fallidos de realización había logrado plasmar en normas varios objetivos planteados. Esto, por una parte, iría a dar lugar a una serie de reacciones por parte del sector de los hacendados, representada por la Sociedad Rural Boliviana, pero por otra parte, también generaría una respuesta de los sectores indígenas.
Ahora, al conmemorarse el sexagésimo cuarto aniversario del Primer Congreso Indigenal Boliviano, rendimos homenaje a todos los representantes y actores que se congregaron en este encuentro. Merece especial mención Luis Ramos Quevedo y Antonio Alvarez Mamani, por su trabajo y empeño en los pasos iniciales hacia la realización de ese importante Congreso. ¡Jallalla!